Los dispensadores de lectura son unas
máquinas que reparten una especie de tickets con textos literarios breves.
Están instaladas en Grenoble Francia).
Este servicio es
totalmente gratuito y cuenta con historias para leer en uno, tres o cinco
minutos. Para obtener el texto hay que pulsar los botones de 1, 3 ó 5, según el tiempo libre que tengamos
para leer.
La máquina imprime el texto en papel
reciclable. Muchos días se agota el rollo de papel, eso da idea del éxito de
este invento. En un mes se suelen repartir unas 10.000 historias.
Podemos obtener textos muy variados:
poemas, cuentos
cortos, viñetas de cómics, etc.
Este invento surgió de
la empresa Short Édition, inspirándose en las máquinas
dispensadoras de chocolatinas y latas de bebida.
Los primeros dispensadores de lecturas
se colocaron en el Ayuntamiento, la oficina de turismo, bibliotecas y centros sociales.
Ahora también los podemos encontrar cerca de las paradas de autobús, metro,
parques, etc.
Además de ayudar a elevar el nivel
cultural de los habitantes de esa ciudad, otra de las ventajas que ven sus
inventores es la posibilidad de coleccionar esos “tickets literarios”,
compartirlos con otras personas o usarlos de marcapáginas.