miércoles, 30 de enero de 2019

PAZLABRAS


Esta es la exposición de libros que hemos preparado para acompañar al resto de iniciativas que se han desarrollado hoy en el centro con motivo del Día de la Paz. Son libros que nos ayudan a entender que la paz no es solo ausencia de guerras, sino que la paz empieza con los gestos aparentemente más insignificantes, esos que nos hacen más agradables los días.

Esa es la idea que de manera tan emotiva nos ha transmitido nuestra compañera Emma, tutora de 4ºA, en el manifiesto que ha escrito para conmemorar esta fecha.
Desde aquí queremos agradecerle públicamente sus palabras, tan bien hilvanadas como leídas.
Os las dejamos para que podáis disfrutar a solas, o en compañía, del mensaje que llevan escondido.

Estamos aquí en este acto para celebrar el día de la paz.

PAZ, una palabra muy corta; tiene tan solo tres letras, pero con un gran significado. Porque paz no es solo ausencia de guerra o de conflicto. La paz es sosiego, calma. Algo que necesitamos para afrontar  lo cotidiano. La paz es buena correspondencia. Es ayudar a quien lo necesita, pero para eso hay que entender lo que hace falta. Hay que saber mirar.

La paz es ofrecer apoyo a ese compañero  que se ve incapaz de hacer la tarea, consolar a esa niña disgustada, la paz es compartir sonrisas. Mirar a quien nos acompaña en nuestro día a día, y hacerlo prestando atención.
Sabemos que cuesta fijarse. A veces vamos con tanta prisa, concentrados en nuestras cosas. Vemos las mismas caras a diario pero no observamos su gesto. Subimos esas escaleras  todos los días, en ocasiones varias veces, y ya no miramos las palabras que en ellas se escribieron. Cariño, amistad, alegría, compañerismo, respeto...
Este año expresamos nuestro deseo de paz en la buena correspondencia.

En estas cadenas hemos escrito pequeños favores realizados, gestos de ayuda, detalles de apoyo que hay que agradecer; porque son esas acciones cotidianas, esa sonrisa, ese abrazo, ese saludo especial,  ese “no te preocupes, te ayudo”… lo que nos hace seguir adelante.

Estas cadenas no nos atan, nos protegen, nos arropan, nos alivian y nos fortalecen.  Y eso tan simple, eso, es la paz.

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